El tratamiento con PRP consiste en múltiples inyecciones superficiales en el cuero cabelludo de microgotas de suero. Este suero contiene una suspensión de plaquetas donde los glóbulos rojos y blancos han sido eliminados. Una vez inyectadas bajo la piel, las plaquetas liberan poderosos factores de crecimiento que actúan a nivel de los folículos pilosos para estimular el crecimiento y retardar el envejecimiento. La calidad del cabello, incluyendo la textura, el grosor y el pigmento, son todos muy mejorados y la densidad es mejorada, especialmente si la calvicie se encuentra en una etapa inicial en la que todavía es posible revertir el proceso.
El tratamiento con PRP es para todos los pacientes que sufren de alopecia androgenética de leve a moderada (pérdida hereditaria de cabello) o que desean mejorar la calidad de su cabello.
Cualquier paciente que se someta a un trasplante de cabello también es un candidato ideal para este tratamiento; por lo general, este procedimiento se realiza durante la cirugía capilar para mejorar la supervivencia de los injertos y estimular un crecimiento más rápido.
Primero, un médico o una enfermera extrae sangre. Se extrae suficiente sangre para llenar uno o dos tubos pequeños dependiendo del tamaño de la región a tratar. Estos tubos se colocan en una centrífuga especial que separa el suero (o plasma) de los otros componentes no deseados de la sangre, a saber, los glóbulos blancos y los glóbulos rojos. Las plaquetas, que son el componente esencial del tratamiento con PRP, permanecen en suspensión en el suero. Este suero enriquecido de plaquetas se extrae cuidadosamente y se reinyecta en las zonas calvas mediante un sofisticado dispositivo de inyección que permite la inyección de PRP con un mínimo de molestias.
Al finalizar las inyecciones, el paciente se sienta durante 30 minutos bajo un casco de bioestimulación que emite láseres especiales de bajo nivel para la estimulación del cuero cabelludo.
El protocolo de la clínica de injerto capilar requiere cuatro sesiones, una vez al mes durante 4 meses consecutivos. Para mantener los resultados, que serán visibles después de 3 meses, es esencial continuar con las sesiones de mantenimiento cada cuatro a seis meses. Aunque es imposible detener completamente la calvicie debido a influencias hormonales y hereditarias, el seguimiento diligente y las sesiones de mantenimiento ayudarán a asegurar resultados duraderos.
Los tratamientos son simples, rápidos y relativamente indoloros, y no implican tiempo de recuperación ni efectos secundarios. Este procedimiento debe ser parte de un programa general de restauración capilar que puede incluir, dependiendo de la gravedad del problema, otros tratamientos terapéuticos como el minoxidil, finasteride, bioestimulación y un trasplante capilar tradicional o robótico. Los pacientes entonces verán beneficios mucho mayores de la sinergia resultante y lograrán mejores resultados.