La cirugía
Se trabaja con anestesia local, siendo la duración de la operación de aproximadamente hora y media.
La técnica: Se trabaja a través de tres pequeñas incisiones de 2 cm que se realizan dentro del cuero cabelludo. Una en medio, justo en la línea frontal, y dos en los laterales justo encima de las orejas.
Con estos abordajes ya es posible trabajar, aunque a veces se pueden realizar dos más entre ambas. Con ayuda de instrumental especializado se va despegando la piel hasta las cejas, y es a través de la fibra óptica que se controla visualmente la operación. Antes se estiraba la piel y se trabajaba el músculo para tensarlo.
Ahora, las cejas se recolocan dando puntos internos de tracción debajo del cuero cabelludo y la piel de la frente se tensa al tiempo que el músculo, ya que constituyen una unidad. Con el lifting endoscópico se pueden corregir las arrugas del entrecejo seccionado los músculos que las producen, y lo mismo con la cola de las cejas, que se puede levantar en caso necesario, seccionando las fibras del músculo orbicular que tira de ellas hacia abajo. Se utilizan grapas para sellar las incisiones. El resultado se puede mejorar con Láser CO2 o con inyecciones de Botox, que acabarán por alisar la frente por completo
Cicatrices: El lifting tradicional del tercio superior dejaba una cicatriz, que aunque disimulada dentro del cuero cabelludo, iba de oreja a oreja. El lifting endoscópico deja entre 3 y 5 incisiones de 2cms cada una aproximadamente.
Resultado: Muy bueno si está bien indicada la operación. La cicatriz, que es mucho menor, constituye una ventaja para calvos y pacientes con poco pelo. La técnica endoscópica así mismo, está especialmente recomendada para las frentes anchas, ya que con la cirugía tradicional se aumentaba más el defecto.
Riesgos: Tiene los de cualquier otra operación de cirugía estética Granada. No obstante, se puede producir una parálisis del nervio facial si el estiramiento es muy agresivo. Las infecciones son muy raras.
Precio: Oscila entre las 3000€ y 6000€ más o menos.
El postoperatorio
No hay hospitalización. La paciente suele pasar unas seis horas en observación, al cabo de las cuales come y bebe normalmente.
Del quirófano se sale con un vendaje a modo de turbante, que habrá de llevarse durante 3 días, tanto por la mañana como por la noche.
Pasados los 3 primeros días, se puede lavar y secar el cabello. Solo están prohibidos procesos químicos como el tinte o la permanente.
El reposo es inexcusable durante las primeras 24 horas, y recomendable durante los tres primeros días. Es conveniente dormir con la cabeza ligeramente levantada.
No son frecuentes, pero pueden producirse hematomas alrededor de los ojos, donde la piel es más fina. Desaparecen a los 15 días y se tratan con pomadas trombolíticas.
Lo que sí se produce es una inflamación residual que tarda un mes en desaparecer. No es muy obvia, pero la paciente la nota. Por eso se administran antiinflamatorios durante los primeros 3 o 5 días.
Las grapas se retiran a los 10 días.
No se produce dolor, unicamente sensación de tirantez, inflamación y presión por el vendaje.
Es recomendable realizar de 5 a 10 sesiones en días alternos de drenajes linfáticos en la cara y en la frente.
Se podrá practicar ejercicio al cabo de un mes de la operación